Resaca vampírica

Ebria de sangre voy
¿Qué no es más negra la noche ahora?
El aire huele a musgo y flores marchitas,
me bostezan los colmillos,
¡Tinieblas infectas de soledad!

Un silencio pasa, dos, tres...
silbo un réquiem,
balada macabra para asesinar el tiempo,
me pregunto:
¿Cuándo habrá de amanecer?
Monotonía vampírica,
levitar arrastrando la pereza
hasta acariciar de mi ataúd el satén,
negro, como ésta noche que nunca acaba;
contaré murciélagos
y confiaré en que llegue el sueño
desde los mismos infiernos
y se trague mi escarlata resaca.

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